Es lo que ha conseguido Sample Lab, el primer laboratorio de tests del mundo, un espacio reservado para miembros que invita a los consumidores a probar nuevos productos.
Sample Lab ha abierto sus puertas en Tokio este verano con un éxito considerable: el día de la inauguración había más de cien personas haciendo cola para entrar. Se trata de un concepto desarrollado por la agencia japonesa de marketing Mel Posunetto, que ha encontrado una fórmula para ampliar su negocio ofreciendo valor añadido a los clientes: la posibilidad de recibir un feedback directo de consumidores entusiastas, deseosos de probar nuevos productos, y de fomentar el boca-oreja sobre estos. La agencia ya había experimentado este tipo de espacios con sus sampling salons, dedicados a los productos cosméticos.
Los consumidores que quieran entrar en él tendrán que pagar una entrada simbólica de 300 yen (1,35 euros) o un abono anual de 1.000 yen (6,45 euros). Para poder participar, el consumidor ha de tener más de 15 años, y al inscribirse recibirá un código en su móvil que será su llave de acceso a este centro comercial de posibles productos. Para recoger el feedback de los consumidores, Sample Lab pide a los participantes que rellenen cuestionarios con preguntas sobre los productos que han testado.
Para algunos puede ser un sueño; el laboratorio está dispuesto como un centro comercial, con estanterías llenas de productos, de los que los participantes pueden coger hasta 5 muestras por visita para llevarse a casa. Pero dentro de Sample Lab pueden probar todo lo que se les antoje: el laboratorio tiene a prueba desde salsas para barbacoa a aparatos de gimnasia, pasando por medias o cremas hidratantes, productos de venta a distancia e incluso música de artistas comerciales. Además, se ha instalado un salón de belleza donde se puede probar todo tipo de maquillaje.
Fuente: Marketing Directo.com
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