14/4/11

Desbarres de barra. El fin del mundo se acerca.

El fin del mundo se acerca, y ya tiene fecha, el 21 de mayo, o eso dicen el mogollón de vallas que colocaron por el mundo adelante una de esas sectas raras. Y todos sabemos que la publicidad no miente ¿verdad? Lo que no entiendo es para que avisan, si no lo hacen van a tener más sitio en el cielo para plantar sus chalés, eso sí, seguramente también menos pasta para pagarlos.

Pero el fin del mundo no va a ser de golpe, el fin del mundo durará hasta el 21 de octubre, cinco meses de fin del mundo, ni más ni menos, va a ser más largo que un especial de Sálvame y más doloroso todavía, aunque lo veo bastante complicado. Esta fecha la obtuvo un yanki pirado que ya había dicho que el mundo se acababa a principio de los 90’s y no me extraña que lo pensara, viendo como vestíamos en aquella época, merecíamos morir.

Pues este pirado con apellido de zona de recreo y esparcimiento, tiene una nueva fecha infalible para el Gran Fin, y la sacó, parece ser, de multiplicar los juanetes de cristo por los litros de cerveza que se bebe al día, o algo así. En fin. Yo también tengo mi propia predicción que sale de la suma de todas las neuronas de la suma de las cabezas de Belén Esteban y todas las princesas de barrio, vamos que el mundo se acaba hoy mismo si no se acabó ayer, ya.

Yo soy más partidario del fin del mundo de los Mayas, más que nada porque nos da hasta las navidades del año que viene y así hay más tiempo para pasarlo bien. Pero bueno, aun así me gusta más su predicción.

Yo creo que en la época de los Mayas (que los llamaban así por la indumentaria que usaban) a la tierra le tocaba pasar la revisión de los 500.000 años y estos (los Mayas) en vez de llevarla a un concesionario oficial decidieron llevarla a un taller de barrio porque que se le había acabado la garantía y así se ahorraban unas pelillas. El tema fue más o menos así:

Mecánico: Bufff!!!, la cosa está chunga, los manguitos. Los manguitos están apunto de joderse y la junta de la culata está completamente gastada. A parte hay que cambiarle el aceite, el filtro del aire y echarle un ojo al motor, vamos, hay que hacerle una puesta apunto completa.

Mayas: ¡Ya! ¿Y eso por cuánto nos va a salir?

Mecánico: Pues por el ojo del culo, más o menos. Hay que pedir piezas a fuera, ya sabe.

Mayas: Ya, ya sé. Y, ¿cómo es que hasta ahora no nos había dado ningún problema y ahora de repente aparece todo esto?

Mecánico: Hombre, no es un modelo muy viejo, pero le han estado dando caña, ¿verdad?, le veo un par de golpes curiosos que no le tocaron el chasis de milagro y también tuvo alguna glaciación, ¿o no?

Mayas: Si, bueno, lo hemos estado probando.No se le escapa una, ¿eh?

Mecánico: Lo único que quiero es que no haya ningún accidente

Mayas: Ya, si ya sabemos lo que quiere.

Mecánico: ¿Me está acusando de algo?

Mayas: ¿Nosotros?, ¡qué va, que va!

Mecánico: Miren, ustedes hagan lo que quieran, yo les digo lo que hay.

Mayas: ¿y no se podría hacer algún tipo de arreglo más económico?

Mecánico: Ustedes verán, pero no creo que el apaño les dure más de 2000 años y después les va a salir mucho más caro.

Mayas: ¡Ve como había otra solución sin pedir los repuestos a fuera!

Mecánico: Ustedes verán lo que hacen, pero a mi después no me vengan a echar la culpa. Miren, les apunto aquí en la tarjeta la fecha límite en la que tienen que hacer otra revisión sin falta, pero no pasen de esa fecha, si no se les va a ir todo a tomar por culo.

Mayas: Sí, sí, no se preocupe.

Y así nació el Calendario Maya, que no es otra cosa que la tarjeta de revisión del planeta (el que sale en el medio es el mecánico).

Se acabe el mundo o no mañana, en un mes en un año o nunca, lo que hay que hacer es pasarlo bien y como diría el otro, todos a beber y a follar que son dos días.

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