Llamar juego chorra a este clásico recreativo, debería ser, como mínimo, como para darme un par de guantazos, pero las sección se llama así, que le voy a hacer.
La de horas que me tengo pasado a los botones de este juego (siempre con consentimiento fraterno, ya que la maquinita era de mi hermano) intentando salvar a la novia de Mario, sin que me llevaran por delante los barriles que me lanzaba el mono que la tenía secuestrada. Tanta simpleza y tanta diversión.
Me he llevado una gran alegría nostálgica al encontrar esta página donde están reunidos los grandes clásicos de estas pequeñas máquinas, padres y madres de todas las consolas portátiles que existen hoy en día.
Que sirva este enlace como regalo navideño de Ideas frescas. ¡Venga, a pasarlo bien!
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