La semana pasada estuve de safari urbano fotográfico por una mítica calle de la ciudad, la calle del Orzán.
Cuando
participas en alguna actividad de este tipo, al principio te sientes
raro, notas como te observan, oyes como cuchichean sobre lo que estás haciendo, percibes como te
miran como si fueras un friki cuando le sacas una foto a la pared...
pero una vez que te acostumbras (te acostumbras a ignorarlos) pasas un
buen rato y aprendes a mirar las cosas que hay en la calle de un modo que no las
ves cuando paseas por ellas sin más.
Éstas son algunas de las fotos que cacé:
2 comentarios:
la verdad es que todo se ve distinto el fin de semana. Por qué será?
Falta la gente abaneando de un lado a otro, jeje
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