12/1/12

Cosas de por allá. Sobre la publicidad subliminal.


A la gente le gusta mucho hablar sobre la publicidad subliminal, buscar mensajes ocultos en los anuncios, señales veladas que manipulan el subconsciente y que dan rienda suelta a los más bajos instintos, ir de compras.

Teniendo en cuenta que subliminal, quiere decir por debajo del umbral de la percepción, decir que se ha descubierto algún mensaje subliminal en un anuncio es una gran tontería, porque una vez descubierto pasaría del plano del subconsciente al del consciente, convirtiéndose, como mucho, en publicidad encubierta. 

De cualquier forma yo creo que la gente está equivocada a la hora de buscar los mensajes ocultos en la publicidad. ¡Qué es eso de buscar la palabra sexo, follar, te la meto hasta el fondo, o la imagen de una chica tocando la sombra de un paquete!, ni que hiciera falta que los anunciantes nos tuvieran que recordar que andamos más salidos que el logo del Corte Inglés.
Tampoco creo que ver el logo de cocacola durante una millonésima de segundo en el cine, me vaya a dar más sed que la que da estar sentado durante una hora y media viendo un bodrio de peli.

El tema subliminal en la publicidad va por otro lado, va más por llamarte la atención sobre el anuncio, que lo veas y que te quedes con él.

Mira esta creatividad de Absolut.


Salió en prensa y en exterior. Muy bonita, muy currada... (nooo, lo subliminal no es el montaje de la botella en el banco de Parc Güell, eso está claro que se ve). Pero seguro que notas algo raro que te atrae, que llama la atención, como si el cartel te estuviera clavando la mirada.
... Pues justamente es eso, que el cartel te está mirando.
 
- ¿Ein?, como me va a estar mirando si no hay ninguna cara.
- ¿Estas seguro? Fíjate un poco más.
 
(Tiempo para que te fijes un poco más).









 
 

- Sí, sí, casi debajo de todo, esa rama con una aceituna negra.

- Pero que coño...

- Ahí está, casi da miedo, ¿eh?

Pues esa mirada penetrante, yo diría que es un impacto subliminal. No te manda beber ni comer nada, ni si quiera te hace pensar en follar, pero hace que mires el anuncio, que él te mire a ti y que te quede una sensación extraña que te hará recordarlo.
Ahora bien, que esto te haga pedir un vodka la próxima vez que entres en un bar, no sé yo.

- Estás flipado, ahí no hay ni ojo ni nada, además ¿no decías qué la  publicidad subliminal no existe?.
- Ya, ahí está la gracia.

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