Banderolas, neones, leds, pantallas táctiles... el arte del escaparatismo evoluciona tan rápido como le deja la tecnología.
Aun así, por todas las ciudades todavía resisten comercios con su rotulación de hace unas cuantas décadas. Yo creo que estos carteles, lejos de verse como viejos y deslucir la ciudad, hacen todo lo contrario, le dan ese toque retro que te hacen recordar que la ciudad tiene una historia comercial que viene de lejos, que existían tiendas antes de las franquicias y las mega-superficies.
Por desgracia estos pequeños establecimientos, con toda su cartelería vintage, están en peligro de extinción, por eso creo que algunos de estos se deberían conservar como patrimonio histórico de la ciudad. Puede que no sean extremadamente bonitos, pero sólo por lo que han visto durante todo ese tiempo que llevan ahí colgados, se merecen un homenaje.
Este es el mío para estos “pequeños grandes establecimientos”.
Hoy a la pelu.
Cerca de donde vivo, en una pequeña calle sin salida, está esta peluquería, es la típica que no tiene nada de especial, un espejo, un sillón que sube y baja, una estantería con diez botes y unas sillas junto a una mesa con 10 revistas viejas a modo de sala de espera. No tiene nada pero lo tiene todo.
Para bien o para mal ya no se hacen rótulos como ese. No es que sea una obra de arte, ni si quiera es bonito y seguramente se hicieron mil como él, pero verlo trae esos recuerdos de cuando de pequeño te ibas a cortar el pelo y aprovechabas para mirar las Interviú de escaqueo, mientras esperabas el trasquilado.
Este otro cartel de peluquería de señoras tiene pinta de tener más de un par de pares de décadas, hecho artesanalmente y gastado de tantos años colgado de un edificio. Si esa muñeca Nancy hablara, seguro que nos contaba más de mil cotilleos de los últimos cincuenta años.
Personalmente me gusta mucho más que la actualización de imagen que le debieron hacer allá a principios de los 90.
Más adelante seguiré mostrando fotos para continuar con este añejo homenaje.
Aun así, por todas las ciudades todavía resisten comercios con su rotulación de hace unas cuantas décadas. Yo creo que estos carteles, lejos de verse como viejos y deslucir la ciudad, hacen todo lo contrario, le dan ese toque retro que te hacen recordar que la ciudad tiene una historia comercial que viene de lejos, que existían tiendas antes de las franquicias y las mega-superficies.
Por desgracia estos pequeños establecimientos, con toda su cartelería vintage, están en peligro de extinción, por eso creo que algunos de estos se deberían conservar como patrimonio histórico de la ciudad. Puede que no sean extremadamente bonitos, pero sólo por lo que han visto durante todo ese tiempo que llevan ahí colgados, se merecen un homenaje.
Este es el mío para estos “pequeños grandes establecimientos”.
Hoy a la pelu.
Cerca de donde vivo, en una pequeña calle sin salida, está esta peluquería, es la típica que no tiene nada de especial, un espejo, un sillón que sube y baja, una estantería con diez botes y unas sillas junto a una mesa con 10 revistas viejas a modo de sala de espera. No tiene nada pero lo tiene todo.
Para bien o para mal ya no se hacen rótulos como ese. No es que sea una obra de arte, ni si quiera es bonito y seguramente se hicieron mil como él, pero verlo trae esos recuerdos de cuando de pequeño te ibas a cortar el pelo y aprovechabas para mirar las Interviú de escaqueo, mientras esperabas el trasquilado.
Este otro cartel de peluquería de señoras tiene pinta de tener más de un par de pares de décadas, hecho artesanalmente y gastado de tantos años colgado de un edificio. Si esa muñeca Nancy hablara, seguro que nos contaba más de mil cotilleos de los últimos cincuenta años.Personalmente me gusta mucho más que la actualización de imagen que le debieron hacer allá a principios de los 90.
Más adelante seguiré mostrando fotos para continuar con este añejo homenaje.
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