Siempre que puedo huyo de la rutina diaria y me escapo por ahí de viaje con mis amigos a sitios que ya conocemos y que nos gusta pasar unos días allí, o a conocer lugares nuevos a ver lo que se cuece. Ni siquiera hace falta ir muy lejos, a veces llega con alejarse una o dos horas en coche y ya has cambiado completamente de ambiente.
Uno solo también es una buena forma de viajar, que aunque acojone un poco así de entrada, también la aconsejo, ya que hace que te relaciones con gente con la que seguro ni comenzarías una conversación en otras circunstancias.
Además, viajando se ven cosas de lo más curiosas, como este ascensor plantado en el medio de un campo, en el medio de Castilla. Lo vi haciendo el Camino de Santiago hace unos meses. Estuve apunto de cogerlo, a ver si me llevaba a la plaza del Obradoiro, pero la verdad, es que me dio un poco de canguelo, lo mismo me llevaba directamente al averno, así que seguí caminando.
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